Implican a reguetoneros boricuas con escandalosa fiesta en isla del Caribe. El evento, que terminó siendo un foco de contagio de coronavirus.



Miami. Se pasaron una semana de parranda: sexo, drogas, bailes en la playa... Pura diversión en una paradisíaca isla del Caribe con prostitutas traídas de Europa, algunos sacándose fotos con famosos artistas de reguetón.

Estos hijos de miembros de la elite de Venezuela no sabían que el coronavirus se esparcía entre ellos en medio del jolgorio.

Algunos de los “bolichicos” -como se describe a los hijos de los sectores más privilegiados de la revolución socialista- siguen de fiesta pasar de la pandemia en un país azotado por una crisis.

Hasta ahora se sabe de solo siete muertes por el virus en Venezuela. Sin embargo, las posibilidades de que la pandemia desborde la capacidad de un sistema de salud muy deteriorado, en el que los hospitales se quedan sin agua, luz y suministros, son altas.

No está claro cuánta gente se enfermó el mes pasado en el archipiélago de Los Roques. Pero una estridente fiesta que generó muchas infecciones ha causado alarma a los niveles más altos del gobierno y recibido críticas de los venezolanos encerrados en sus casas desde hace semanas.

“Hubo una fiesta en una isla, y prácticamente todos los asistentes han dado positivo a Covid-19”, declaró el presidente Nicolás Maduro en la televisión estatal el 20 de marzo.

Tres días después, en momentos en que circulaban incómodas publicaciones en Instagram con el #CoronavirusParty, el mandatario le restó importancia al tema.

“¿Por qué van a criticar una fiesta?... No sabían que estaban enfermos”, dijo Maduro, a quien Estados Unidos acusa de tráfico de narcóticos.

Ya sea en las atestadas playas de Miami o en fiestas clandestinas en España e Italia en los primeros días de la pandemia, ha sido difícil frenar las fiestas de los chicos ricos.

En América Latina, la región más desigual del mundo, se acusa a las elites de importar el virus tras visitar otros países. En México, por ejemplo, casi 20 personas contrajeron el virus en una salida a esquiar en Vail, Colorado. Pero los platos rotos los pagan los pobres, que no tienen acceso a buena atención médica y se afanan por conservar sus trabajos informales.

En Venezuela, donde la escasez de comida y medicinas hizo que cinco millones de personas se fuesen del país, las celebraciones fastuosas son más irritantes todavía. Cuesta ver semejante riqueza entre tanta propaganda alabando a los trabajadores humildes.

Las fiestas en Los Roques fueron organizadas por varios empresarios conectados con el gobierno, según dos personas al tanto de los encuentros que hablaron a condición de no ser identificadas por temor a sufrir represalias.

Ninguna de las dos personas que hablaron con The Associated Press estuvo en esas fiestas, pero sí participaron en otras con el mismo grupo de gente y están en contacto con varios que asistieron.

Uno de los participantes fue Jesús Amoroso, hijo del principal funcionario anticorrupción de Maduro, que ha sido sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por supuestamente socavar la democracia venezolana.

Las fuentes dijeron que los organizadores trajeron prostitutas venezolanas de Madrid y Londres poco antes de que se suspendiesen los vuelos a y de España, una de las naciones más golpeadas por la pandemia.

Un pequeño grupo se cruzó con dos conocidos reguetoneros puertorriqueños, Zion y Justin Quiles, que son vistos con Amoroso en una lancha en fotos y vídeos en las redes sociales.
Fuente primera hora

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