Señores, persigan sus sueños…Y si no los pueden alcanzar ¡cácenlos con balas dormilonas!
Siempre estimulo a la gente del arte y la comunicación en ciernes, con talento.
Es la etapa más difícil, la más retadora, y que mayores esfuerzos y dedicación requiere.
Nunca
olvido, y siempre lo pongo de referencia, el proceso de Marc Anthony,
quien a finales de los 80’s buscaba insertarse en la empresa RMM de
Raphy Mercado.
A
ese señor lo vimos haciendo sala en la oficina de Mercado, mientras a
nosotros nos daban preferencia en la entrada, pese a que llegábamos más
tarde. Y él ahí, tranquilo, esperando que lo recibieran…
Lo
vimos repartiendo flyers en las escalinatas del Madison Square Garden,
cuando Raphy Mercado celebraba allí el Día de la Salsa.
En base a su empeño, esfuerzo y dedicación, en el 1991 consiguió que RMM lo firmara.
Y
vino aquí de promoción para actuar en El Show del Mediodía, y Eriko
Zapata lo grabó para incluirlo en el programa de manera diferida, y al
final de cuentas lo descartaron porque Augusto Guerrero consideró que
ese flaco era un tipo raro y feo. (Imagínense, en ese tiempo el Show del
Mediodía era lo único con que se podía contar como programa para la
promoción de cualquier artista).
Marc no se amilanó, persistió, y hay que ver el lugar donde está.
Señores, persigan sus sueños…Y si no los pueden alcanzar ¡cácenlos con balas dormilonas!
Nunca para matarlos….
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